MI PEOR MAESTRA


Enseñar es algo complejo, pero recordar a tu peor maestra eso si es fácil. Como olvidar el quinto mes del año de aquel 2015 llevaba dos meses (febrero y marzo) sin maestra de matemáticas.

Unas de las cosas más turbias del asunto; fue que la anterior maestra que nos había dejado a mi parecer fue la mejor que tuve hasta la fecha de mi vida estudiantil, recuerdo que siempre la coordinadora decía que pronto llegaría un remplazo pero entre aprender y perder el tiempo le respondíamos “profe no hay prisa, que se demore otro poco” a lo que ella nos respondía “se están quedando atrás en temas en comparación de otros octavos” pero sin importarnos salíamos a procrastinar aquellas cuatro horas a la semana de matemáticas ¡éramos felices! Eso no se puede discutir.

A finales del mes de abril llego una mujer de un aproximadamente unos 55 años, 1,64 de estatura y su muy común cola de caballo; recuerdo que siempre usaba pantalón de dril y un saco de lana se veía como una señora “amigable” la cual yo y mis compañeros creíamos que sería fácil pasar la materia, ella comenzó presentándose y dictándonos los temas que veríamos en el periodo nada fuera de lo común por el momento.
Al comenzar con la maya curricular dictada, ella empezaba la clase como la típica profesora religiosa y camandulera y al finalizar dijo claramente “mis niños vamos a empezar este proceso en el cual mi plan será que aprendan mucho a través del método que aplico en mis clases” así comenzó la primera semana de clases pero al continuar el tiempo no se le entendía lo que explicaba, sus clases eran aburridas y monótonas nada bueno que resaltar de su método de enseñanza. Odiábamos tanto las veces que nos dejaba una guía con 50 ejercicios del famoso libro “algebra de baldar” para el día siguiente.

El problema no radica en la cantidad de problemas si no en la forma en la que nos enseñaba; recuerdo que muchos no llevaban el trabajo completo entre ese grupo estaba yo y no por procrastinar si no por que quedaban muchas dudas al resolver en la clase a lo que ella respondía “eso existen tutoriales en internet” al finalizar el periodo académico la mayoría del curso perdió la materia y no solo en mi curso… de ahí radica un odio tanto por parte de por mi hacia mi maestra como por parte de mis compañeros y demás cursos en los que ella dictaba su clase. Tanto era el odio por el plantel educativo hacia aquella clase que recuerdo que la puerta de su salón estaba llena de insultos, su batas las pintaban con vulgaridades hasta el punto que le desaparecieron las planillas.

Finalizando el tercer periodo recuerdo tanto que en un momento de odio y prepotencia le dije ofendido y con el riesgo de perder la materia “Profe enséñeme que para eso le pagan” a lo que ella me respondió “Yo dicto mi clase que usted no aprenda ya es culpa suya” a lo que le respondí “¿No se le hace raro que la mayoría del curso no apruebe su materia? Tal vez el método que usted aplica no es el correcto. A lo que ella en el silencio me mando a coordinación; estaba tan enojado por miedo a perder el año que mi argumento ante la coordinadora era “Ella perdió la pasión a su trabajo, ella enseñaba pero sus estudiantes no aprendían, el estrés de mis compañeros y mio por perder el año era muy grande”.

Meses después la profesora sin decir adiós (Debe ser por el odio que la mayoría de los estudiantes le tenían) llego un nuevo maestro el cual nos haría un “recorderis” de todo lo visto en el año a lo que yo y mis compañeros estábamos dichosos porque por fin aprenderíamos de una manera mejor que lo hacíamos con aquella maestra que aunque fue muy mala en lo que hacia la recordare como algo amargo que quedara siempre en mi ser.

Escrito: Juan David Hoyos Becerra
Código: 2019101014

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