Enseñar es algo complejo, pero recordar a tu peor maestra eso si es fácil. Como olvidar el quinto mes del año de aquel 2015 llevaba dos meses (febrero y marzo) sin maestra de matemáticas. Unas de las cosas más turbias del asunto; fue que la anterior maestra que nos había dejado a mi parecer fue la mejor que tuve hasta la fecha de mi vida estudiantil, recuerdo que siempre la coordinadora decía que pronto llegaría un remplazo pero entre aprender y perder el tiempo le respondíamos “profe no hay prisa, que se demore otro poco” a lo que ella nos respondía “se están quedando atrás en temas en comparación de otros octavos” pero sin importarnos salíamos a procrastinar aquellas cuatro horas a la semana de matemáticas ¡éramos felices! Eso no se puede discutir. A finales del mes de abril llego una mujer de un aproximadamente unos 55 años, 1,64 de estatura y su muy común cola de caballo; recuerdo que siempre usaba pantalón de dril y un saco de lana se veía como una señora “amigabl...